ANTES DE MORIRME





Te dije:
Levántate,
viste algo ligero,
pinta los labios,
detente a tomar un café,
contempla la calle,
lee los titulares del periódico,
fuma un cigarrillo con prisa
 en la puerta del bar,
cómprale algo a los niños,
pide un deseo sin esperar a la estrella,
date un capricho,
y ven a verme
antes de morirte.




En el bolsillo había unas pocas monedas y mucho rencor



Se dijeron de todo.
Lo tenían bien guardadito.
Hace mucho que lo pensaban
pero no se atrevían a soltarlo.
Aquel día se atrevieron y lo soltaron.
Así de golpe.
Tal vez provocados por el alcohol
o el destino de la noche.
Los gritos quedaron atrapados en la calle.
Hubo lágrimas, también.